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Acerca del “coaching” y el malestar subjetivo



Cada vez que entro a la red LinkedIn no deja de sorprenderme la gran cantidad de posts subidos por personas que dan consejos de vida.

En general son tremendamente simples y llenos de obviedades. Muchos son de personas que se auto definen como “Coach”.

Me resulta curioso que se utilice la palabra en inglés (no suele ocurrir con otras profesiones) La falta de traducción nos muestra una trampa. Evidentemente su traducción no sonaría nada bien: entrenador/a.

El coach es eso, un entrenador. En inglés sirve para hablar del entrenador de un equipo o el entrenador de un tenista por poner un ejemplo. El entrenador es contratado para lograr objetivos precisos. Que el deportista triunfe, tenga éxito como lo que muchos buscan en esta red.

Con el tiempo esta palabra se empezó a utilizar en el mundo de la gestión (management) Un profesional externo que ayude a la empresa a producir más y mejor logrando mejores beneficios. Antiguamente se hablaba de “consultor organizacional”, nombre que a decir verdad tiene más sentido, pero que en la actualidad se utiliza poco.

Con el tiempo se empezó a hablar de “coach personal”.

Entonces el coach es un “entrenador personal” que busca ayudarte a lograr objetivos. En el gimnasio es una buena idea tener uno como la de la foto que ilustra este artículo.

Debemos preguntarnos si en la vida que llevamos adelante necesitamos a alguien que nos empuje, que nos motive, que nos diga obviedades, como si nuestra vida no se distinguiera de nuestro trabajo.

¿Y si el entrenador acepta que nuestro camino no sea el esperable (por los demás) pero que podamos estar en armonía con lo que nos pasa, no crees que dejaría de ser un entrenador?

¿Cómo se define el éxito en lo personal, en lo subjetivo?

Hay algunos de estos coach que se ponen como ejemplo. ¿Acaso sirve de algo que un ex adicto enseñe como salir de una adicción cuando se trata de una experiencia intransferible o que una madre enseñe a ser madre?

Y muchas veces todo queda en el nivel de lo superficial. Cambiar alguna cosita para no cambiar nada.

Vemos en esta red además cómo se utiliza la sugestión: Los mensajes son del tipo “yo soy el coach exitoso que te hará ser exitoso/a”. “Yo muestro como una deportista de elite es capaz de hacer cosas y que por tanto nada es imposible”, como decía la publicidad, cuando todos sabemos que esto no es así.

En definitiva, se trata de una búsqueda que nos convierte en esclavos de una cultura actual que confunde el trabajo con la propia vida. Somos emprendedores de nosotros mismos. Y la presión y la exigencia por el “éxito” nos genera un malestar importante.

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